Diosa Hechicera
- Eliana Padron
- 2 may 2016
- 2 Min. de lectura

Hace muchas lunas, en tiempos de Antiguos, donde las estrellas se alineaban y eran seguidas por aquella raza, se contó la historia de aquel minúsculo planeta en la infinitud del Cosmos, quedando escrito sin libro alguno el registro de una Diosa Hechicera que abrió caminos sin espada, ni armadura, su única arma era el amor.
Supo la historia que recorrió poblados, aldeas, continentes, en busca de la esmeralda sagrada.
Cuentan que siempre andaba descalza, transitando por valles oscuros, transitando por bosques inhóspitos, transitando por aguas profundas, incontables momentos arrebatados por circunstancias, incontables momentos arrebatados por los dragones de su mente, sus pies sangraban, su transitar era sobre piedras, a veces adolorida, a veces con sufrimiento, a veces con lágrimas.
Cuenta la historia de aquel planeta que la Diosa Hechicera, en uno de sus tantos recorridos, llego a un poblado mágico y a la vez un tanto misterioso a medida que lo recorría, comenzó a anochecer, el cielo se cubrió totalmente por un manto de estrellas que centellaban con una intensidad alucinante, estaba fascinada ante esa visión, cuando súbitamente de una estrella que se acrecentaba en su movimiento, se materializo la Diosa Virgen, iluminando todo su entorno.
Relatan que la diosa hechicera en su regazo lloro, que la luz de aquella Diosa Virgen la sano, que con su gran manto la abrigo.
Cuentan que desde entonces la Diosa Hechicera, dejo de transitar sobre piedras, que sus pies ya no sangraban, que comenzó a andar sobre pétalos de rosas, por caminos de valles abiertos llenos de luz, por bosques cargados de flores embriagantes, por sonidos imperceptibles de alas cubriéndola, transito más allá del Arcoiris, en un abanico extendido de una infinita gama de colores, que surcaban el planeta, el sistema solar, el universo, más allá del infinito todo, más allá del infinito nada.
Supo la historia que la Diosa hechicera, encontró la esmeralda sagrada que siempre busco, radiante, brillante, que su luz se expandía en total armonía, que después de muchas lunas ella dejo registro para todos los humanos, que lo que siempre busco la acompaño en todo momento, reposando inalterable en su interior, que fue solo cuando soltó, que fue solo cuando dejo de buscar, que fue solo cuando despertó, que la vio, la percibió brillando fuertemente, era ella misma.
Entonces la Diosa hechicera, encanto a aquella raza para que pudiese despertar, para que cada uno se convirtiera en su propia esmeralda sagrada.
Después de muchas e infinitas eras, conoció la historia que la Diosa Hechicera, después de dejar aquel legado y concluida su misión, volvió al hogar de donde partió, se fue a las Pléyades, convirtiéndose en una gran estrella que cuida a aquella raza perdida del cosmos.
Eliana Padrón
Comentários