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La Navidad

  • Foto del escritor: Eliana Padron
    Eliana Padron
  • 3 dic 2019
  • 4 Min. de lectura

La Navidad

Quizás este ensayo que quiero compartir con Ustedes es una metáfora de la vida a través del tiempo en las diferentes eras las cuales se repiten en un continuo ir y venir, como hologramas en transición.

Entonces comienzo con un concepto retorico exponiendo a esta raza que ha creado muchos programas los cuales nos han llevado a esto que denominamos vida con todo el caos, con todo el drama, dolor, violencia, enfermedad, sufrimiento, guerras, ansiedad, hastió, rutina y paren ustedes señores lectores de contar.

La cuestión es que siempre encontramos un pero y esta no es la excepción del caso, ya que, así como hemos creado un mundo siniestro y nefasto en blanco y negro, también hemos creado un mundo lleno de luz, un mundo lleno de magia y de color al cual llamamos Navidad, esta simple palabra procede del latín Nativitas que significa nacimiento, esta época de este tiempo terrestre que, por supuesto es otra creación mental, de este espacio temporal de fronteras nos hace mas susceptibles al amor.

Es el momento donde la energía que circula, el aire que respiramos cambia absolutamente todo, los corazones se tornan compasivos, se tornan humildes, la alegría invade poderosamente en un sinfín de bienaventuranzas hacia el prójimo.

Se adornan las calles de las grandes y pequeñas ciudades, se adornan las casas con luces de colores alumbrando con destellos de amor el planeta, el poder de la música en sus diferentes versiones hace gala acariciando dulcemente el corazón humano, nos adornamos el alma que se asoma sonriente por el espejo del ser, cautelosa pero feliz, asustamos al miedo, derrocamos al hastió, transformamos la rutina en una gran celebración donde el compartir hace gracia desde un simple trozo de pan a un suculento manjar.

Nos reunimos con la familia, con los amigos, con los vecinos, sonreímos a los extraños y abrazamos a cuanta persona se nos cruza en el camino, ese es el poder de la Navidad que no es mas que el ser saltando de alegría.

Para muchas culturas o creencias arman algo que llaman pesebre y celebran el nacimiento del niño Jesús, para otros esperan con ansia la llegada de un señor de barba blanca que viene del polo norte al cual llaman Santa Claus, la mayoría colocan guirnaldas y pinos naturales o artificiales que los denominan árbol de Navidad, los cuales se llenan de diferentes motivos, colores y luces.

Por supuesto también están aquellos que no creen en la Navidad, como el famoso cuento de Navidad de Charles Dickens y su celebre personaje Ebenezer Scrooge, quien no creía en la Navidad y se le aparecen los tres espíritus del tiempo, el del pasado, el del presente y el del futuro, pero para que contarles la historia si la mayoría de ustedes la han leído o la han visto en película y si no lo han hecho los invito a que la lean o vean el film pues tiene un gran mensaje que nos alerta en relación a que estamos en este tiempo espacio y debemos conscientemente vivirlo, claro esta recordando que todo es una creación mental, por supuesto esto resulta a veces como una especie de locura, algo que la mente no procesa, pero recuerden la mente es el mismo señor ego o las diferentes mascaras que protagonizamos que no existen.

También están aquellos que se mantienen indiferentes ante esta celebración.

Es importante señalar que justo entre el 20 y el 23 de diciembre entra el solsticio de invierno, el cual lo denominan la llegada del Espíritu de la Navidad, ya nuestros ancestros en las diferentes culturas de este planeta lo celebraban, es por esta razón que los entendidos en esta materia sostienen que justo en esos días se abren portales intergalácticos que nos conectan con altas dimensiones de luz, quizás esto sea cierto pues cada corazón es tocado de diferente manera.

La tradición de esta festividad es el compartir y los niños son los protagonistas, los cuales nos recuerdan a nuestro abandonado niño interior es probable que esta sea la razón por la cual se torne tan mágica.

Pero muchas cosas se están acelerando en este vorágine mundo o quizás este programa lo quieren modificar por la alegría que emana, la cual no solo se expande por todo el planeta, sino que viaja mas allá entre el micro y el macrocosmos.

Aquí esta exactamente lo que quiero señalar en este ensayo, nada es tan real como creemos que es, pero lo importante es disfrutarlo sin volvernos compulsivos, obsesivos con esto de las compras y mas compras cayendo en el consumismo, perdiendo de esta manera la esencia que es el amor manifestado en la naturaleza del ser quien brilla con intensidad, esta es la verdadera razón para escribir estas líneas.

No permitamos que este sistema también acabe con este programa o lo siga contaminando y convirtiéndolo en otro caos, para que podamos sobrevivir como especie.

Yo particularmente siempre he sentido una maravillosa y deslumbrante atracción por este suceso desde que estaba muy chica y a veces no entendía porque sin mas terminaba, quería desde el fondo de mi corazón que fuese por siempre.

Ahora entiendo que todas las cosas de este plano son transitorias y pasajeras, es por esta razón que el soltar es vital en este viaje llamado vida.

La Navidad es un recordatorio de que cuando actuamos desde nuestro niño interior es cuando liberamos el alma quien celebra la supremacía del ser, es entonces que nos convertimos en el Universo, nos fusionamos con la esencia divina en un banquete de bienaventuranzas, en una lluvia de bendiciones, en una cascada de alegrías, es entonces que el amor hace explosión colocándose sigiloso por cada rincón de este maravilloso planeta.

Desde mi corazón queridos lectores les envió mucho amor y que tengan una Feliz Navidad, Merry Christmas, Feliz Natal, Joyeux Noel, Buon Natale, y en todos los idiomas y lenguas del planeta.

Autor: Eliana Padrón

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