Soñé

Soñé, con un planeta azul, donde la luz arropaba todo, emitiendo el sonido de conexión con el Universo.

¡Oh si!

El planeta perdido del Cosmos, habitado por seres radiantes impregnados por la magia del amor, hechizados en el embrujo de la consciencia, deambulando entre puentes de arco iris, entre galaxias, en continuo contacto con los seres que nunca creyeron, pero que siempre se manifestaban, emitiendo señales, en un eco continuo de vibración de notas entrelazadas en perfecto acorde de una magistral sinfonía.

Si soñé, con un planeta azul trascendido, de un naciente infinito sin nombre, ni pertenencia, sin fronteras, ni estereotipos, sin síntesis expuesta, sin profecías, ni filosofías extenuantes, sin acertijos, sin maestros, ni teólogos, sin una mente colectiva dominante.

Quedo atrás aquel planeta que en otra dimensión decadente protagonizo repetidas historias, un tanto sarcásticas, un tanto burlescas, muy caducas, de personajes arcaicos que llegaron del inframundo en busca de lo que creyeron ser, de lo que creyeron poseer, del poder que los devoro, dando pie a luchas y contiendas de humanos contra humanos, en eras de eras, en un ciclo cubierto por la sangre, en tiempos de espacios reducidos en un tan anómalo no se que.

! Oh si!

Aquel planeta que en extrema colisión murió.

Los archivos fueron borrados ya no hay historias, ni cuentos, ni fabulas, todo es un constante, perfecto y único momento, es el maravilloso planeta azul, trasladado a otro plano, el plano de la luz, el plano del amor, el plano de la nada, al plano de la consciencia.

¡Oh si!

El planeta de la felicidad, de las grandes aventuras, de las risas y los aleteos imperceptibles de esferas vibrantes de luz, el planeta de la plenitud.

Si soñé y en ese sueño me vi, en ese sueño te vi, allí donde lo incierto no da temor, pues no existe, donde lo cierto no da miedo pues tampoco existe, esa existencia infinita siempre estuvo en mi, estuvo en ti, estuvo en todos, como radiantes seres de luz.

Soñé con en ese planeta azul.

¡Oh si!...

El cosmos era el planeta azul, el infinito era el planeta azul.

Eliana Padron