Mente
- Eliana Padron
- 22 feb 2017
- 2 Min. de lectura

Siempre andamos de prisa, sin percibir, sin deleitarnos, sin embriagarnos, sin ver nuestro alrededor, sin vernos a nosotros mismos, sin ver nuestro verdadero ser, siempre corriendo sin estar presentes.
Estamos atrapados en la mente, estamos atascados en la mente inhóspita, en la mente manipuladora, manejados como marionetas, dándole todo el poder, otorgándole todo el control.
La mente no se detiene, ya que todo es movimiento, genera pensamientos en una constante más allá de cualquier expectativa, la charlatanería de desafiante intensidad devora al humano, se maneja en el tiempo, sin él la mente no existe, muere, se desvanece.
¿Por qué?,
Muy sencillo, la mente solo vive y se alimenta del pasado y del futuro, o sea lo que llamamos tiempo terrestre.
Del pasado que no existe, pero que ha dejado a su paso implacablemente demasiados egos engolosinados, adquiridos, implantados, infiltrados.
¿Por Quién?
Por la sociedad, allí están los padres, la familia, los maestros, los amigos, todas esas personas que de una u otra manera se cruzan en nuestra vida desde que llegamos al plano físico, todos ellos también fueron atrapados en su momento.
Entonces estamos atiborrados de una cantidad de información nefasta, infectados, vamos cubriendo poco a poco nuestra verdadera esencia, nuestro ser, hasta convertirnos en otro ego más de esta sociedad hambrienta de tener, de poseer fama, de poseer fortuna, de poseer prestigio, de poseer poder, de poseer algo y de esta manera nos convertimos en mendigos, nos apegamos a todo creando el gran drama de la existencia.
Luego no conforme con esto, entonces vamos al futuro el sueño sutil devorante de la humanidad, tan irreal como el pasado inexistente.
Pero es otra pertenencia más, aferrados a lo que vamos a hacer cuando seamos felices, cuando tenga la pareja perfecta, cuando tenga el negocio perfecto, cuando compre la casa de mis sueños, cuando sea espiritual, y ese cuando es interminable, es como un pozo sin fin, atrapados por la mente inconsciente, dormidos totalmente.
Por eso la mente se mantiene en el tiempo es la única manera de sobrevivir.
El ser humano se vuelve adicto al drama, tan adicto que la humanidad está en un nivel de desasosiego, en un nivel de estancamiento total, lleno de pensamientos negativos que lo lleva a una constante contienda, de luchas, de guerras, de competencias, de genocidios, muy autodestructivos.
Y el drama trae consigo sufrimiento, seguimos infligiéndonos dolor, causado por tanto apego.
Este mundo es irreal, es el mundo del prisma que vemos cuando estamos atrapados en el tiempo de la inconsciencia de la mente.
-Como el ultimo pensamiento que escribí; “Si la humanidad tuviese rostro, el drama seria su espejo”.
Pero yo siempre digo que afortunadamente todo tiene otra cara, porque cuando respiramos, mágicamente por una fracción de segundo nos conectamos con el Aquí y Ahora, estamos presentes, estamos despiertos, nos convertimos en el momento, no hay pensamientos, es entonces que trascendemos, entramos en la dimensión de la consciencia, sin tiempo, sin espacio.
La mente pierde la batalla, los egos mueren, pasas a otro plano, tu esencia florece, es el ser el que se expande.
Es el gozo y el éxtasis del ser, estas en otra dimensión, estas sin pensamientos, no hay drama, no hay dolor.
¿Que nos abre ese portal tan mágico?
Respirar, meditar, allí está la clave para trascender la mente, allí renacemos.
Eliana Padron
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