Supe de una Historia
- Eliana Padron
- 22 may 2017
- 2 Min. de lectura

Supe de una historia, que en Lunas conspirantes se vivió, de un reencuentro de eras de Antiguos, de un reencuentro de vidas pasadas.
El Universo como siempre reorganizando los movimientos de los humanos y allí sin mas abrió el portal, la Luna y el Sol se alinearon, el sello se rasgo, el templo del amor se ilumino, la consagración de dos psiquis que en esferas sin tiempo, llegaron a ese espacio que los esperaba.
Una mirada cruzada marco el encuentro, una mirada cruzada rompió el precinto que habían dejado aquellos amantes del amor.
Cuenta la historia que era el Solsticio de Invierno en el hemisferio norte de aquel planeta llamado Tierra, cuando los rayos solares caían del trópico de Cáncer, era la estación programada del comienzo de esa historia.
Se reconocieron con solo verse, no habían palabras, eran innecesarias, pero sus miradas lo cubrían todo, se envolvieron en ella, el momento lleno de magia el espacio, lleno el espacio de música, lleno el espacio de aroma, un momento irrepetible, un momento de dos almas fusionadas en una sola energía.
Relatan que fue tal la fuerza de esa unión, que la tierra tembló, que el cielo se abrió, que alas imperceptibles rozaron sus corazones,
que dejo de existir el mundo, dejo de existir el planeta, dejo de existir el cosmos, dejaron ellos de existir, se convirtieron en la nada, se convirtieron en el todo, se convirtieron en energia, eran las dos mitades que se encontraban, las dos mitades que se unían.
La pasión hizo explosión por encima de los sentidos, el éxtasis abrigo sus entrañas, abrigo sus mentes, fue la coronación del amor, componiendo una sinfonía de notas alegóricas en la entrega que con vehemencia se profesaban.
Momento tras momento, volvían a dedicarse en absoluta entrega, queriendo robarle tiempo al tiempo, pues ambos sabían que el mismo en ese espacio donde estaban, estaba concluyendo.
El sello nuevamente se estaba cerrando, el adiós era inevitable, pero con la absoluta certeza de que volverían a encontrarse en nuevas eras, en otra dimensión, en el plano infinito.
Conocí de una historia de dos mitades que se encontraron, conocí esa historia, que fue mi historia.
Eliana Padrón
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