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Vamos a decorarnos

  • Foto del escritor: Eliana Padron
    Eliana Padron
  • 13 may 2017
  • 2 Min. de lectura

Según muchas de las culturas que existen en este planeta, tienen la filosofía de que se deben mover las cosas, limpiar los espacios, vaciar las casas de cosas inútiles e innecesarias de trastos viejos, de reciclar, de botar, de donar o de regalar.

Una de estas filosofias, quizás la más reconocida a nivel mundial es llamada Feng Sui, que es un ancestral sistema oriental, basado en la cosmogonía china, que se encarga de estudiar los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima y el cosmos, de esta manera fomentar el bienestar y la armonía tanto del ser humano como de su entorno.

Fen Shui, significa viento y agua. La misma filosofía se basa en la existencia de un aliento vital o Chi, como ellos le llaman, cuyo flujo se ve modificado por la forma o disposición de los espacios, también por las orientaciones de los puntos cardinales y los cambios temporales, esto incluye la estructura de las casas, la ubicación de dicho espacio y de todas las cosas que se encuentran dentro de los mismos.

Al mover, deslastrar, soltar, desapegarnos a cosas que no tienen razón de estar almacenadas en esos sitios, cambiamos la energía, tanto de los lugares, como de sus habitantes.

Si esto lo podemos realizar con resultados altamente positivos, en casas y hasta en ciudades enteras, entonces deberíamos comenzar a realizarlos con nosotros mismos.

¿De qué manera? Muy sencillo limpiando la mente de toda la basura que hemos almacenado por tanto tiempo, es el momento de desinfectar, botar, desechar, arrojar, expulsar, tirar, toda la basura contenida e inducida que almacenamos es ese disco duro llamado mente que no funciona, atrapado por ese virus que se ha encargado de intoxicarla, en un compendio de archivos y archivos desfasados reproducidos una y otra vez, que no son reales y que han sido implantados por la hambrienta mente colectiva devoradora y agobiante, la cual ha creado el ego que se engolosina con las sandeces de la irrealidad, de aquello que creemos ser, de aquello que nos han dicho que somos, de aquello que es irreal. Entonces, si podemos realizar con éxito esa limpieza externa y cambiar la energía de nuestros espacios, esa energia Chi.

¿Porque no hacerlo con nuestra mente? Lo primero que debemos hacer es desconectarnos, despertar, abrir el canal de la consciencia, de esta manera nos convertimos en el momento y allí como por arte de magia se extermina el virus, se desechan todas esas creencias, caen en pedazos esas viejas estructuras, expulsamos la inconsciencia, arrojamos el ego, despedimos a la personalidad, dejamos el equipaje.

Volvemos al ser, volvemos a nuestra verdadera esencia, como decía Lao Tse, considerado uno de los filósofos más relevantes de la civilización china y creador del taoísmo:

“Conocer a los demás es sabiduría, conocerse a sí mismo es iluminación”.

Por lo tanto, mientras más despiertos estamos, más conscientes somos, estamos en el eterno Aquí.

Somos el universo en su infinita infinitud. Entonces vamos a limpiar nuestra mente, vamos a decorarnos.

Eliana Padrón

 
 
 

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